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Resentimiento y Perdón

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El Resentimiento, ¿le hace mal al otro o a ti mismo?

 

“Tengo un resentimiento contra alguien…

 

Me duele, me mortifica pero, está más presente en mí de lo que quisiera.

Cuando algo no me sale como quisiera, me amargo pensando en que habría sido mejor si esa persona no me hubiera hecho lo que me hizo.

Cuando algo me sale mal, a veces pienso que estoy en esa situación por culpa de esa persona. He tomado o he dejado de tomar decisiones que tal vez me servirán a mí o a los míos, motivad@ por ese sentimiento.

 

Muchas veces me he encontrado dolorosamente y con rabia por los hechos, arruinando así momentos de soledad y paz. Otras veces he inducido de una manera más o menos sutil a mi familia, a mis hijos o amig@s, a que compartan ese odio que les es ajeno y que no entienden, y que además, contradice todo lo que les he enseñado…¡cuánto tiempo de mi vida he dedicado a ese dolor que no quiero!…Y, ¿qué es lo que realmente quiero? Que la otra persona, mi agresor, sienta lo que yo siento. Que sufra lo que yo sufro.

Y lo que sucede es que, mientras más acentúo mi dolor, más sufro yo y más sufren los míos, y la otra persona casi siempre ni se entera o, si se entera, a lo mejor ya tiene demasiado con sus propias penas, con sus propias confusiones, con su propia amargura.

 

Ahora puedo hacer dos cosas: o seguir dedicando mi vida a lo que no quiero recordar o aprender a perdonarme y perdonar. Porque tengo que ser consciente de que, para mí, la vida es muy valiosa y sé que de esto puedo aprender algo…

A lo mejor, la más grande enseñanza que me dejó este resentimiento es haberme dado cuenta de “que quien sufre y se mortifica con él soy yo y no el otro”.

 

Seguramente, como la mayoría de las personas, has sentido esa mezcla de rabia, desilusión y frustración que se experimenta cuando, a tu juicio, una persona, una entidad o un grupo de personas, afectivamente importante para ti, te han defraudado en algo, y no quieres o no puedes expresarles directamente esos sentimientos.

 

Sabes que ese resentimiento te hace daño y, sin embargo, a veces piensas que te es imposible olvidarlo.

El perdón

Tu vida esta plena de logros, luchas y grandes esfuerzos, y aunque a veces no parezca, cada día te  vas acercando… Paso a paso a lo que tú quieres.
 
Pero ten cuidado, puedes tener un enemigo, capaz de destruir sin piedad lo que con tanto trabajo has construido.
 
Me refiero a tus propios resentimientos.
 
El resentimiento es como tomar un veneno para tratar de envenenar a otro.

Mientras el dolor pasa, el rencor se queda, lo agravas, como a una herida que no se deja sanar.
 
El resentimiento es un monstruo, que puede tener el tamaño que le des, lo puedes alimentar con los pensamientos de queja y de autocompasión entre mas lo crezcas mas partes de tu vida invadirá.
 
La energía que le das a ese fantasma, es la misma que puedes usar para construir tus sueños o la vida más plena y feliz que te mereces.
Quien no perdona sin darse cuenta poco a poco se aísla, empieza a olvidar o dejar de disfrutar lo grato de su vida.
 
Con el rencor te  haces mas difícil, lo difícil y lo agradable se opaca con el tormento de la amargura.
 
Digno no es quien resiente, digno es quien perdona.
 
Que estúpida es la venganza que mantiene anclado el dolor.
 
La venganza sabia es dejarlo ir, seguir adelante, es construirse en vez de destruirse.
 
El perdón es un  regalo, para si mismo es regalarse la paz.
Es soltar la carga es decidir mirar la luz de nuevo y con determinación caminar hacia ella, hacia lo mejor de ti, de tu vida.

No perdones para que el otro cambie acéptalo, el otro nunca va a ser como tú quieres, eso no depende de ti.
 
No le des a nadie el poder de hacerte infeliz perdona porque decides hacerlo, retoma tu poder tu inmensa capacidad de constrir tu propia tranquilidad.

"So do not fear, for I am with you; do not be dismayed, for I am your God. I will strengthen you and help you; I will uphold you with my righteous right hand." -Isaiah 41:10